Mi hermana me pregunta constantemente: ¿Cuándo vendrás a abrazar a tu sobrino? ¿Cuándo, cuándo?
Ahora me envía fotos del primer mes de Marcelo, de su segundo mes… y me hace volver a contar en semanas. Y decir, orgullosa: ¿quién pensaría que este niño es sietemesino?
Me hace recordar aquellas veces que el bebé aún estaba en su vientre, y yo le exigía, con ese mismo reclamo que ella hora retoma: ¿cuándo, cuándo?
Yo, pidiendo que escribiera para su blog, porque quería leerla. Y una y otra vez le preguntaba, a manera de ultimátum casi: ¿cuándo, cuándo?
“Estoy perdida, lo sé”. Le digo, o me dice. Y aunque el niño no me reconozca cuando me vuelva a ver, entre mi hermana y yo no caben ausencias, ni olvidos.
― Estoy perdida, lo sé.
― ¿Perdida? ¡Tú y yo siempre estaremos encontradas!
Cierto, cierto, muy ciertoooooooo muas hermanita muas Te queremos sin tamaño!!!!
también los quiero, como siempre me dices: sin tamaño! ya pronto los abrazaré
percibe un gran afecto entre las letras… besos y rosas
gracias. Sí, entre letras nos sabemos. y entre letras, nos queremos mucho mucho!