Aquel hombre vino a sentarse, trajo su perro. Lee algo, de las manos se le escapa una hoja de papel que va a parar al mar. No se queda mucho más. Agarra el animal y se va.
Vuelvo a estar sola.
Llega un muchacho, se sienta a unos metros de mí. Le da la espalda a la carretera y el frente a las olas. Trae un termo. Bebe y piensa, creo. Ojalá fuera café y me diera un poco. Quién sabe qué trae en el termo. Yo también tengo uno, pero lo dejé en mi habitación. Se termina el líquido y comienza a caminar, a alejarse.
Vuelvo a estar sola.
Pasa un hombre, parece turista, y se me queda mirando. Tal vez le extrañe que ande tan desabrigada y tan cerca del mar, de las olas y el viento fuerte. Se aparta de la orilla y no se detiene.
Vuelvo a estar sola.
Pasan dos mujeres corriendo, empeñadas en sus ejercicios. Dos más, estas caminando. De una dirección a otra los autos, ya con las luces encendidas. Es de noche, yo estoy aquí sentada desde el atardecer. Me reservé este pedazo de muro para despedir el sol.
Al término del día todos los que pasaron, los que se detuvieron, los que miraron, los que no… regresan a sus casas. Yo sigo aquí, luego de dos horas continúo en el mismo pedazo del malecón habanero. Ya no hay sol, todo es más oscuro. Hay menos ruido. Vuelvo a estar sola.
Es obvio que este post lo escribió la Esperanza,la unica que queda al final del dia,cuando ya no hay sól y todo es más oscuro.Por eso el viejo no le hizo mucho caso y el muchacho prefirió otear el horizonte,donde siempre le han contado que brilla más,tambien por eso el turista se asombra de que «todavia exista» a pesar del aspécto hipotermico.De las gorditas que hacen jogging mejór no hablo,es muy probable que mientras corren hablan de bacon,yuca con chicharrones y el precio de los tamales.
jaja, siempre tienes algún final chistoso para alegrarme lo que me queda de día. Gracias por las visitas, por las fotos, por dejar huella en estas botellas 😉
Lindo, Ley, lindo y tierno para levantarse el primer día de mayo.
A veces es mejor tener a alguien al lado para compartir esos instnates que tanto ayudan a vivir, pero recuerda que a veces es mejor estar solo que mal acompañado…jijijijiji
Un besote
Te quiero grande.
había pasado por alto este comentario tuyo… cómo pude??? y ahora lo respondo de último, pero me perdonarás porque siempre lo haces y porque traes mucha razón en eso e mejor sola que… en fin, ya conoces mi historia, jaja
Perdón por tanta soledad… aunque el post, realmente, está precioso 🙂
y tú por qué pides perdón, Yay?? Si aquel día, después de ahogar en el mar toda la pesadumbre, aparecieron Yu y tú para curarme la soledad, y hasta para cubrirme con un pañuelo, el único pedazo de tela que tenías, para ahuyentar el frío 🙂 gracias, eres buena hermana. Yu es buen cuñado, y Cecilia…ya sabes, te quiero como tú, sin tamaño, por prestarme a tu familia toda.
Ah, pero si nosotros hubiéramos llegado antes hubiera sido menor tu tiempo de soledad en el muro!!!!!!!!!!! También te quiero, y ya sabes cómo 😉
Llegué a tu blog de forma casual y casualmente también me encontré este poema hace poco, los presento a ambos..
«Despertar en el paraíso
pero sin Adán
sola yo
reina
única dueña de mi ser
como debería ser
para soñar
y crearme
una imagen diferente
de mi serpiente.»
(Margarita Carrera)
pues bienvenido!!! y gracias por el poema, no lo había leído…
pero te dejo un pedacito de uno de Cernuda, a cambio de que regreses…
El viento y el alma
Con tal vehemencia el viento
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.
Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.
Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.
Me encantó,creo que es un trato entonces..
Yo me robé esta crónica de una foto en FB hace cantidad. No sabía q era tuya. Ahora q lo sé, me gusta más!
gracias, Joha… yo no sabía que te la habías robado, 😉 honor que me haces!
gracias por recordarme este post, y gracias por la foto
gracias a ti siempre, por las fotos.